Breves apuntes sobre el establecimiento de Relaciones Diplomáticas con la República Popular China.
Una Guerra Civil fue la responsable
de la división de China, los
nacionalistas dirigidos por Chiang Kai-shek del partido Kuomintang y los comunistas
por Mao Zedong del partido PCCh, estos últimos se alzaron con la victoria y se
consolidaron en Pekín (territorio continental), mientras que los nacionalistas
se instalaron en la isla Taiwán donde fundaron la República de China más
conocida como Taiwán por el nombre de la isla.
Producto de esta disputa Taiwán conservó su asiento en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas hasta octubre del 1971, hasta que la
resolución 2758 acabó con su suerte. Esto se fortaleció cuando el presidente
Carter reconoció que había una sola China y la representaba la República Popular
China, cambiando de bando y confirmando que los intereses económicos estadounidenses
primarán siempre.
La República de China (Taiwán) era reconocida hasta hace poco por 19 países
restando a la República Dominicana que anunció ayer su reconocimiento a la República
Popular China, decisión inteligente por el suntuoso comercio que se realiza con
el gigante asiático, denominado por Napoleón como el dragón dormido y quien también
dijo que una vez despierto haría estremecer al mundo. El gran dragón ha
despertado y a diferencia de Taiwán que ha utilizado la diplomacia de la chequera,
lo ha hecho de forma imperceptible, con precisión y de forma sólida.
Para Taipei el reconocimiento de la República Popular China, será
considerado como un acto desleal, puesto que República Dominicana recibió
grandes donaciones por parte del gobierno taiwanés y eso mantuvo por mucho
tiempo a nuestra nación feliz y contenta, pero contrario a las donaciones el
gobierno dominicano ha considerado otros factores de singular importancia que
no solo se limitan al factor beneficencia.
Los intereses de la nación serán mejores con el establecimiento de las
Relaciones Diplomáticas con la República Popular China que, con Taiwán, ya que
eta última solo nos daba los peces, más no la caña de pescar. El beneficio se
verá no solo cuando se reciba una donación para un sector, sino cuando se
comercialice a gran escala y se reciban inversiones de gran importancia. No
solo podemos vivir del “dao”, sino también, del beneficio general que se recibe
como nación una vez los intercambios comerciales son reales, obviamente no será
tan fácil, pues el establecimiento de relaciones diplomáticas no significa la
celebración de un acuerdo de libre comercio, por lo que los productos que se
comercializarán tendrán restricciones aduaneras en un principio.
Con el reciente acuerdo República Dominicana reconoce “que solamente hay
una China en el mundo, que el Gobierno de la República Popular de China es el
único representante legal de ese país y que Taiwán es una parte inalienable del
territorio chino”, duro, pero real, agrio, amargo, pica, pero cura. Cura la
necesidad de nuestro país por los productos chinos, tecnología, y acceso a un mercado
grande y diverso para nuestros productos y recursos. Nuestro país puede beneficiarse
de la experiencia China en diversas áreas: producción de energía, petróleo,
educación, transporte, acceso al crédito, entre otras áreas.
Sin dudas, nuestro país tendrá que tener en su embajada en China una ficha estratégica,
conocedora del mundo chino, y capaz de dirigir la misión con entrega, astucia y
con la mente puesta en la Diplomacia Comercial, para beneficio de ambos pueblos. Uno de estos hombre podría bien ser el sinólogo Embajador Luis González.
El tiburón y la rémora han hecho un pacto de mutuo beneficio, ¡naveguemos juntos!.
Andrison R. Sánchez
Internacionalista
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