Diplomacia Pública, Prestigio Cultural y Marca País


(parte 1)


Andrison Rafael Sánchez Medina MIREX CONERI
Reunión de Miembros del CONERI en el Ministerio de
 Relaciones Exteriores de la República Dominicana.

Hablar de Diplomacia Pública (DP) en un país como el nuestro, es casi dar a entender que toda la gestión diplomática sea o será de carácter público, pero, a decir verdad, se tiene un poco de razón, porque algunas cosas son públicas y transparentes dentro de la diplomacia pública, mientras que otras no dejan de ser sobrias, secretas y dirigidas a segmentos reservados.

Aunque el término no es nuevo, ya que fue acuñado por Edmun Gullion en plena Guerra Fría (1965), algunos países no han aterrizado esta práctica, principalmente aquellos que carecen de un entretejido profesional dirigiendo el servicio exterior o ministerio de asuntos exteriores, y sobre todo aquellos países que no han entendido que DP no es marketing ni comunicación y mucho menos una publicidad a corto plazo o hacer parecer el país más atractivo. Los elementos anteriores forman parte de la marca país, que veremos en otra entrega.

Según el Ministerio de Exteriores de Alemania, diplomacia pública es: “la suma de todas las actividades de comunicaciones exterior dirigida a elites o líderes de opinión y opinión en general” esto con el objetivo de influir y crear una imagen positiva del país.  Para esto se deben tener identificados los intereses nacionales a través de diálogos con los actores nacionales. En caso de no hacerlo así, es mucho más difícil lograr el objetivo fundamental de la DP, que es incidir de manera indirecta sobre las decisiones de un gobierno extranjero, a través de la modelación de las actitudes de sus ciudadanos.


Es importante recordar, que DP no es propaganda, y si con algo se ha de caracterizar, es con la integración de la comunicación estratégica y la política, esta última vista desde la convivencia de varias singularidades de la “Realpolitik” y la “Noopolitik”.

En el sistema central de la DP deben primar los intereses más allá del gobierno de turno y dar prioridad de ambos lados a las relaciones de personas. Agregando a la diplomacia tradicional (Estado-Estado, diplomático a diplomático), elementos de valor, como diplomacia de gente a gente a través de programas que involucren intercambios académicos, educativos y culturales, y el factor primordial que es goverment to people, mediante el diseño de actividades que un gobierno realiza con las elites, grupos de opinión de una nación, con el objetivo de influir sobre la opinión pública general y así encaminar el logro de objetivos en materia de política exterior.

Dentro de este propósito no deben faltar las ONGs y los think tanks, que a través de apoyos a investigaciones, cooperación, idioma y cultura coadyuvan al cumplimiento de los objetivos de interés nacional.

La República Dominicana tiene que dar a conocer su imagen global, en busca de combatir su poca visibilidad en otros países fuera de la región, y a nivel regional debe realizar un rebranding de marca, con la intención de lograr un reposicionamiento en temas neurálgicos como son: migración; derechos humanos; corrupción, impunidad y debilidad institucional, entre otros. Pero antes, se debe ordenar la casa realmente.


Por Andrison R. Sánchez, M.B.A.
Internacionalista y consultor

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