El Caribe: Integración y Cooperación Intergubernamental

Buenas tardes,
Invitados especiales, maestros, estudiantes estimados todos.

En esta ocasión vamos a hablar sobre un tema que ha despertado el interés en muchos círculos de estudios, culturales, gobiernos y Organismos Internacionales, asumiendo el Caribe como un concepto de identidad compartida, orientada hacia la caribeñidad.
Pero antes, quisiera hacerles algunas advertencias, entre ellas que no se pretende hablar completa y detalladamente sobre el proceso de integración en el Caribe, y no se pretende dar por tratado un tema que posee tanta información, como complejidad política y económica.


Proceso histórico
Época colonial, Archipiélago de las Antillas
Indios Caribes (Antropófagos)

Para hablar del Caribe debemos remontarnos a la época colonial y de la conquista del Archipiélago de las Antillas, así como a sus pobladores originarios denominados “indios Caribes” quienes hicieron resistencia. Es así como este mar de las Antillas fue conocido como el mar de los Caribes o el mar Caribe. Posterior a la conquista estos territorios compartieron algunas similitudes como son: economías de plantación, la trata de esclavos africanos, la rivalidad comercial y política entre las potencias, entre otras cosas.

Primeros visos no españoles y corsarios

Los primeros visos de Francia en el Caribe fueron en el primer quindenio del siglo XVI, quienes operaban como corsarios. La actividad corsaria de estos dependía de las relaciones imperiales entre Francia y España, cediendo en momentos de paz y arreciando en momentos de guerra. Franceses, ingleses y holandeses evitaban inicialmente el contacto directo con las grandes islas como Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico y Jamaica, las cuales estaban resguardadas y militarizadas. En este caso los europeos no españoles buscaban espacios para cultivar tabaco, para los cuales buscaron territorios marginales a las Antillas Mayores. Es así como escalonadamente se diversifican los asentamientos políticos en el Caribe. Marcando la influencia y conquista de territorios, y dejando desveladas las condiciones políticas actuales.

Diferencias

Sobre la base de las consideraciones anteriores, podemos observar hoy en día que el caribe tiene diferencias políticas, económicas y culturales. Es así que al hablar del caribe, no se puede afirmar una integración política y económica completa. Para hablar de integración política hay que considerar que el Caribe, está compuesto por territorios independientes y no independientes, enmarcados en repúblicas, gobiernos parlamentarios y en menor medida autoritarios.

En el plano económico, el Caribe cuenta con naciones productoras de petróleo, economías en vía de industrialización, centradas en servicios (turísticos y financieros) y otras con grandes sectores agrícolas.

En el plano cultural encontramos un Caribe angloparlante, además otro francés, y otro holandés, no olvidando el hispano y el latinoamericano. De hecho, el idioma es distinto por ejemplo el creole anglo-francés hablado en  (Santa Lucia y Dominica) es diferente al creole hablado en (Haití, Martinica y Guadalupe), el papiamento (portugués y castellano) y el “Spanglish” hablado en Puerto Rico y ligeramente en República Dominicana.

Proceso histórico de la integración

Si bien a nivel de la cultura popular experimentamos una afinidad “identitaria regional”, podemos decir, señalando a Gordon K. Lewis, uno de los fundadores de los estudios del Caribe, que la construcción del Caribe y lo caribeño como identidad política-económica ha sido forjada por visiones externas a la región.[1]

Siglo XIX

Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que se presentan varios proyectos que buscaban la integración del Caribe. Un primer intento lo constituyó en 1860 la federación de las Indias Occidentales, con la cual se buscaba organizar constitucionalmente a las colonias británicas y una mejora en la administración metropolitana.

Siete años después, es decir en 1867, los líderes independentistas hispanos hicieron un llamado a una “Confederación Antillana”, los países que la iniciaron fueron República Dominicana, Puerto Rico y Cuba, este proyecto evolucionó para adherir a Haití y Jamaica en la denominada “ Federación de Antillas Mayores”


Se trató de incluir las posesiones británicas del Caribe en el 1882, la “Confederación fue un intento para frenar las intenciones norteamericanas de anexarse territorios caribeños. A finales del siglo diecinueve y principios del veinte, la agresiva política norteamericana hacia el Caribe culminó con las invasiones de Cuba y Puerto Rico en 1898 y las de Haití y República Dominicana en 1915 y 1916 y terminó con las aspiraciones del proyecto de “Confederación Antillana”.[2]

Esta integración fue  ideada por Ramón Emeterio Betances, quien fue, así mismo, ideólogo de la liberación de Puerto Rico como respuesta del Colonialismo Europeo, se hablaba de la doctrina Monroe de América para los Americanos, de igual manera se hablaba de “Antilla para los Antillanos”. Esta idea involucró a personajes como Eugenio María de Hostos, Gregorio Luperón y José Martí.

Como se ha podido observar hubo una diferenciación entre la propuesta de la federación de las Indias Occidentales y la Federación propuesta por la contraparte hispana “Confederación de las Antillas”.  

Lo que fue para Bolívar el congreso anfictiónico en 1826, lo fue para Hostos y Betances en las Antillas. Lo que no se ha logrado, ni siquiera con la integración más exitosa, pero incompleta hasta ahora que es el CARICOM.

Ya para la Segunda Guerra Mundial el proyecto de la federación de las Indias Occidentales fue retomado, propuesto por una Comisión denominada la Comisión Angloamericana del Caribe, la cual fue creada para coordinar la política de la metrópolis durante la contienda bélica. Más adelante en 1946 se convierte en “Comisión del Caribe” para adherir a Francia y Holanda, su posterior fracaso se le atribuye a la percepción de control de la colonia y a la desconfianza e incapacidad de reconciliar intereses.

Hasta el siglo pasado hubo, todavía, independencias de países que eran dependientes de otros. Estas estructuras mencionadas anteriormente, como pudo verse aluden a una integración insular angloparlante, por lo que sus avances fueron más notables que los de América Latina en la región.
  
Esta integración empezó con el Caribbean Free Trade Association (CARIFTA) (1965) en español: Asociación de Libre Comercio del Caribe.

Es evidente entonces, que el fracaso de la integración política conllevó a la búsqueda de una integración económica de parte de las ex colonias británicas independientes y los todavía coloniales.

“El 4 de julio de 1973 Carifta se transformó en Caricom, como un paso lógico de una zona libre de aranceles de aduana a un mercado común, con mayor integración de políticas económicas, producción, legislación e inversión”[3].

En esta etapa, la cooperación intergubernamental entre los países integrantes se intensificó, bajo la coordinación de Carifta y posteriormente bajo el CARICOM por sus siglas en inglés Caribbean Community que formalmente sustituye el Carifta en julio de 1973, como vimos anteriormente, y que se conoce, también, por la bella ciudad de Chaguaramas en Trinidad y Tobago.

Entre sus objetivos están la integración económica de los miembros para formar un mercado común, cooperación en política exterior, promover la industria y la educación, entre otros.

Hasta ahora atendiendo a todo lo que les he presentado, podemos ver que las integraciones regionales, que hacen referencia al Caribe, se han enmarcados en la exclusión, puesto que se deja a un lado países que son Caribeños. Entonces, lo primero que debemos hacer es, cuestionarnos de ¿Qué Caribe hablamos? Insular, continental, angloparlante, hispano…

Hablamos de un Caribe que ha sido utilizado como Frontera Imperial, y si tienen alguna duda, les invito a leer la obra “De Cristóbal Colón a Fidel Castro: Caribe Frontera Imperial del escritor dominicano Juan Bosch”. En esta obra podrán ver, entre otras cosas, como nuestro Caribe ha sido utilizado como espacio de disputa Hegemónico.

Debido a esto, encontramos iniciativas como la “Cuenca del Caribe”  dirigida por el presidente de EEUU Ronald Reagan en 1982, y que “No contribuyó al desarrollo de la región ni a reducir los conflictos políticos y sociales”[4], empero a esto, si contribuyó al deseo de este país por mayor influencia económica en la región.

La configuración política propia del Caribe y heredada por las condiciones históricas regionales, no han permitido una integración económica predominantemente incluyente, puesto que hay que considerar países continentales y no solo a los insulares o porciones de ellos, al momento de hablar de una integración real.

A mi entender, y así lo vemos, cuando estudiamos el Caribe, es difícil verlo como un todo, precisamente por las luchas de intereses económicos.

Tenemos que aceptar que han habido esfuerzos para una integración y mayor cooperación en el Caribe. Producto de esto ha sido, por ejemplo el surgimientos de otros organismos regionales como la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la cual fue constituida el 24 de Julio 1994, se recuerda, que es un organismo de consulta, concertación y cooperación cuyo propósito es identificar y promover la instrumentación de políticas y programas y busca promover un espacio económico ampliado para el comercio y la inversión.[5]

Surgida por iniciativa del seno de Caricom, la cual es parte de la Asociación de Estados del Caribe como observadora. Este organismo para mí es el más completo, incluye el otro Caribe olvidado, el continental centroamericano, sin embargo es más de cooperación que de integración. La cooperación está orientada a las necesidades, como el turismo, la prevención de desastres, cultura y la educación.

Esta nueva idea de integración ha dado lugar a un nuevo concepto en la integración regional, ya no se habla del Caribe para referirse a la región, sino más bien, se habla del “Gran Caribe” que vendría siendo un hibrido entre el Caribe angloparlante y el Caribe hispano.

A pesar de lo anterior, sigue primando una lucha de intereses económicos nacionales, que sobreviven a los intereses comunes de la región, lo que sigue haciendo del Caribe una región con una configuración política complicada.

A pesar de que creemos en una idea de desarrollo unificada, no somos capaces de concretizar algo que parece complejo pero que no lo es, como por ejemplo  el multidestino turístico en el Caribe, con lo cual se aprovecharían las hermosas arenosas y blancas playas del Caribe, para de manera sostenida mantener un crecimiento y un desarrollo de la región más diversa que tiene América: El Caribe.

En las condiciones actuales, se observa no solo un interés económico o comercial, se observa, además, un interés en la cooperación que  involucra aspectos sociales, migratorios, apoyo técnico, educación e intercambio de información.

Los esfuerzos de los países que componen el Gran Caribe deben avanzar a concretizar un Tratado de Libre Comercio (TLC) unificador.
  
Dos interrogantes quedan por responder:
1.    ¿De qué Caribe Hablamos? ¿Y cómo logramos integrarlo?
2.    ¿Cuáles son las fortalezas y vulnerabilidades que enfrenta la integración del  Caribe en el siglo XXI?

Me permito culminar con una frase de Eugenio María de Hostos “El tiempo es vida, y consumir el tiempo en no hacer lo que se debe, es consumir inútilmente la existencia”

Para mí lo que se debe hacer es: integrarnos.

Muchas Gracias  







[1] Gordon K. Lewis. The Growth of the Modern West Indies. New York, Monthly Review, 1968, p. 350. Y 353.
[2] Este era un proyecto de una minoría dentro de las élites independentistas de la región, siendo sus líderes, Ramón Emeterio Betances en Puerto Rico, José Martí en Cuba y Gregorio Luperón en República Dominicana. Carlos M. Rama. La independencia de las antillas y Ramón Emeterio Betances. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1980, pp. 4,18-19, 68-74.
[3] Volmar, G. (2013). Caricom a los 40. Diario Libre.
[4] Petras, J. (1982). El programa de Reagan para la Cuenca del Caribe. Universidad Estatal de Nueva York.
[5] Convenio Constitutivo de la Asociación de Estados del Caribe

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